Mi respuesta al artículo publicado el 22 de Marzo 2014 en El Espectador por Piedad Bonnett http://www.elespectador.com/opinion/ser-o-no-ser-columna-482423
«Quien quiere mentir, engaña y el que quiere engañar, miente»
Esta afirmación de Mateo Alemán, escritor español (Sevilla 1.547), autor de Guzmán de Alfarache, prototipo de la novela picaresca española, me ha hecho pensar en algunos articulistas que por el afán de cumplir con sus escritos de fin de semana no indagan suficiente, no investigan como es su deber y fácilmente caen en la mentira para engañar y por lo tanto engañan para mentir. Es el caso del escrito de Piedad Bonnett en el periódico El Espectador titulado «Ser o no ser».
Con una levedad insoportable y después de hacer malabares sobre «nuestras convicciones éticas y nuestros principios» manifiesta su enorme desconcierto porque fui elegido en las pasadas elecciones como Senador por el Centro Democrático. Y sin siquiera ruborizarse, en un solo interrogante y de un solo envión, se despacha con tres monumentales mentiras que indiscutiblemente constituyen un engaño para sus lectores. Y simulando haber descubierto un escándalo de travestismo ideológico se pregunta «¿Como pudo Everth, el joven marxista que en 1.980 participó en ese acto tan audaz y aparentemente idealista, (toma de la Embajada de la República Dominicana) dar ese giro radical y pasarse a militar en la más cerrera derecha?».
Vamos por partes, la articulista miente cuando afirma que yo era marxista. Veámoslo: En 1.970 era integrante de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), movimiento popular al cual le hurtaron las elecciones el 19 de abril de ese año. Hice parte de los círculos fundadores del M-19 que abrazamos un enfoque ideológico latinoamericanista inspirado en el pensamiento del Libertador Simón Bolivar y no en el marxismo. La articulista miente cuando afirma que participé en la toma de la Embajada Dominicana. A la mano están los archivos históricos y si no tuviera mucho afán de mentir hubiera podido levantar el teléfono y preguntarle a Rosemberg Pabón sobre mi participación «en ese acto tan audaz y aparentemente idealista». Miente la articulista cuando afirma que di un giro radical y me pase «a militar en la más cerrera derecha». Después de haber dedicado cerca de cincuenta años a la vida política me entero que son los articulistas de fin de semana los que definen quienes pertenecen y qué es la «izquierda», la «derecha», el «centro», la «democracia», el «marxismo» y seguramente también el «capitalismo».
Y como la articulista afirma que solo yo sé por qué reelaboré la historia de mi propia vida para acomodarme «en el establecimiento que tanto odiaba», le quiero revelar que nunca, ni en mi juventud ni en mi edad madura, odie el establecimiento en su conjunto. Solo odiaba algunas cosas: el bipartidismo excluyente, la extrema desigualdad social, la injusticia de los poderosos y por supuesto que odiaba con todas mis fuerzas los escritos de los articulistas de fin de semana que mentían con sus palabras para hacernos creer, a la juventud de mi época, que vivíamos en una democracia plena y que no existían razones para revelarnos contra ella. Con decisión y valor luche en mi juventud contra ese estado de cosas y ahora en pleno ejercicio de mi actividad política también lo seguiré haciendo desde la nueva opción política que representa el Centro Democrático.
La única verdad que dice la articulista y que perfectamente se le puede aplicar a la falsedad de sus afirmaciones es cuando, al final de su escrito, citando a Franzen sentencia: «Todas las lealtades, ya sea al escribir o en cualquier otro contexto, son significativas sólo cuando se las pone a prueba».
Everth Bustamante