Bogotá D.C., 20 de abril de 2022, Voces RCN.
La visita de Juan Fernando Petro a La Picota tenía como propósito negociar rebaja de penas para los corruptos a cambio de votos
Es muy cuestionable que todos estos problemas jurídicos surjan después de que Piedad Córdoba haya sido elegida. La decisión de Gustavo Petro, de solicitar a Piedad Córdoba suspender todas sus actividades políticas de campaña a nombre del Pacto Histórico, se produce de manera tardía. El candidato y su movimiento han debido tomar esa decisión antes de las elecciones al Congreso de la República del pasado 13 de marzo.
Los partidos políticos deben actuar con transparencia y generar confianza en el electorado. Por esa razón deben blindar sus propias listas de aspirantes y, dado el caso, suspender la candidatura de aquellas personas que enfrentan procesos judiciales por sucesos de gran sensibilidad. Este es un propósito por el que se debe trabajar. Los partidos políticos deben tomar decisiones internas de manera preventiva y oportuna, precaviendo la ocurrencia de situaciones como la de Piedad Córdoba, recién elegida senadora por la colectividad del Pacto Histórico y de quien ahora se desconoce su suerte jurídica.
Las visitas de Petro y Piedad Córdoba a cárceles del país
El contexto en el que se realizaron las visitas a las cárceles por parte del hermano de Gustavo Petro, Juan Fernando Petro, para reunirse con reclusos condenados por actos de corrupción, deja ver con claridad que el objetivo que persigue el candidato con ello es negociar con dichos sujetos una rebaja en su pena a cambio de que estos le brinden su apoyo para llegar a la Presidencia de la República. Esto es una grave afrenta para el país.
Gustavo Petro, con el mismo espíritu conspirativo que lo ha caracterizado siempre, envía a su hermano a hacer una negociación con los corruptos en la cárcel a cambio de votos.
Ese es el talante de Petro quien representa un riesgo crítico para Colombia porque sus ideas están sustentadas en el pensamiento subversivo, antidemocrático y antisistema que siempre ha defendido.
A modo de ejemplo, desde que se enfiló en el M-19, hacia 1978, Petro se ha referido al levantamiento del pueblo como medio principal para llegar al poder. Actualmente se mantiene en esa misma idea y la prueba de esto es que, siendo senador de la República, haya estimulado la aparición de grupos subersivos y delincuenciales como el de la autodenominada Primera Línea, que durante el 2020 y 2021 atentó contra el orden público, buscando desestabilizar todo el sistema democrático.
La campaña a la Presidencia: Petro incendia al país con señalamientos mentirosos lo que impide que se aborden en el debate los temas de fondo de empleo, reforma pensional y movilidad social
La campaña a la Presidencia de la República de este 2022 está marcada por dos acontecimientos atípicos, de un impacto y consecuencias aún desconocidas, pero que van a influir necesariamente en la decisión de los colombianos en las urnas el próximo 29 de mayo.
Por un lado, enfrentamos una pandemia que dejó graves problemas de orden social, económico y psicológico, cuyo efecto será motivo de estudio en los próximos años. Adicionalmente, el país recientemente salió de un episodio prolongado de violencia, que estalló en medio de la pandemia y que produjo un sentimiento generalizado de zozobra y miedo en la población.
Además, nos encontramos frente a una campaña cuyo centro de discusión no se ha ha basado en las propuestas programáticas. La explicación de esto radica en la disposición de Gustavo Petro de sugerir propuestas con señalamientos mentirosos, como la mención que hizo de que las Administradoras de los Fondos de Pensiones privados se quedan con el 30 % de los recursos ahorrados por los trabajadores para su pensión, además de incendiar al país, coloca la discusión en el plano equivocado, lo que impide que se aborden los temas de fondo: la reforma pensional en el contexto económico, la movilidad social y las nuevas condiciones de trabajo en el mundo, etc. Es exactamente eso lo que sucede cuando Petro se refiere a temas como el petróleo, la infraestructura, la política monetaria, entre muchos otros que genera una agenda de propuestas equivocadas. El país se ha comido el cuento equivocado al aceptarla una agenda totalmente infundada.
Esto era lo que sucedía con Gabriel Antonio Goyeneche (aquel candidato que prometió ponerle techo en Bogotá), quien se parece a Petro en dos cosas: son candidatos eternos a la Presidencia, pero nunca ganan, y sus propuestas son descabelladas. Pero también se diferencian en algo fundamental: mientras Goyeneche era visto por la sociedad colombiana como un cómico de la política que con sus ingenuidades causaba gracia; Gustavo Petro de verdad se imagina metros elevados de costa a costa y máquinas de imprimir billetes para resolver el crítico problema de pobreza que enfrenta el país.